domingo, 9 de marzo de 2014

Oraciones Espirituales 1

Oración para pedir un consejo.

En nombre de Dios Todopoderoso, buenos Espíritus que me protegéis, inspiradme la mejor resolución a adoptar en la incertidumbre en que me encuentro. Dirigid mi pensamiento hacia el bien y desviad la influencia de aquellos que intenten separarme del buen camino.


Oración de súplica.

Dios Todopoderoso que veis nuestras miserias, dignaos escuchar favorablemente los votos que os dirijo en este momento. Si mi súplica fuere inconveniente, perdonádmela; si es justa y útil avuestros ojos, que los buenos Espíritus que ejecutan vuestra voluntad, vengan en mi ayuda para su cumplimiento.

Cualquier cosa que me suceda, ¡oh Dios!, quese haga vuestra voluntad. Si mis deseos no sonatendidos, es porque entra en vuestros designios el probarme y a ello me someto sin murmurar. Haced queno conciba por ello desaliento, y que mi fe y miresignación sean sustentadas.

(Formúlese la súplica)


Oración de acción de gracias.

Dios infinitamente bueno, que vuestro nombre sea bendito por los bienes que me habéis concedido; sería indigno de ellos si los atribuyese a la casualidad de los acontecimientos o a mi propio mérito.

Buenos Espíritus, que fuisteis ejecutores de la voluntad de Dios y a vos sobre todo, mi ángel guardián,os doy las gracias. Alejad de mí el pensamiento deenorgullecerme y de hacer de ello un uso que no sea para el bien. Particularmente os doy las gracias por...


Oraciones de sumisión y resignación.

1. ¡Oh Dios! Sois soberanamente justo; todo sufrimiento en este mundo, debe, pues,tener su causa y su utilidad. Yo acepto el motivo de aflicción que acabo de experimentar como una expiación de mis faltas pasadas y una prueba para el futuro.

Buenos Espíritus que me protegéis, dadme fuerza para soportarla sin murmurar; haced que seapara mí una advertencia saludable, que aumente mi experiencia y que combata en mí el orgullo, la ambición,la necia vanidad y el egoísmo, y que todo contribuya para mi adelantamiento.

2. Oh Dios, siento la necesidad derogaros para que me deis fuerza para sobrellevar las pruebas que os plazca enviarme. Permitid que la luz sea bastante viva para que mi Espíritu aprecie toda la extensión de un amor que me aflige por querer salvarme.Yo me someto con resignación, ¡oh Dios!, pero, ¡ay de mí! La criatura es tan débil, que si vos no me sostenéis, temo sucumbir. No me abandonéis, Señor, porque sin vos no soy nada.

3. Elevé mi mirada hacia ti, oh Eterno, y me sentí fortalecido. Tú eres mi fuerza, no me abandones, ¡oh Dios! ¡Estoy abatido bajo el peso de mis iniquidades! Ayúdame; ¡Tú conoces la debilidadde mi carne y no apartas tus miradas de mí!

Estoy devorado por una sed ardiente; haz quebrote un manantial de agua viva, y quedará aquéllaapagada. Que no se abra mi boca sino para cantar tusalabanzas y no para murmurar en las aflicciones de mivida. Soy débil, Señor, pero tu amor me sostendrá. ¡Oh Eterno! ¡Sólo tú eres grande, sólo tú eres el fin y el objetivo de mi vida! Si me hieres, que por ello tu nombre sea bendito, porque tú eres el Señor y yo el servidor infiel; doblaré mi frente sin quejarme, porque tú eres grande, sólo tú eres la meta.

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