domingo, 9 de marzo de 2014

Allan Kardec

Allan Kardec fue codificador del Espiritismo. Organizador escrupuloso de un material que fundamentó la corriente espiritista del s.XIX, pero en modo alguno se trató de un escritor imaginativo y tampoco de estilo místico.

Allan Kardec es el seudónimo utilizado por el pedagogo Hippolyte Léon Denizard Rivail (Lyon, 3 de octubre de 1804 - París, 31 de marzo de 1869), es el sistematizador de la doctrina llamada Espiritismo.

Primeramente debemos saber que Francia en el 3 de Octubre de 1.804 , día del nacimiento de Hippollite Leon Denizard Rivail (más tarde veremos cómo pasaría a llamarse Allan Kardec), ya había pasado por la época de la Enciclopedia y, esta línea de pensamiento, dejó en las bases de su sociedad, a grandes pedagogos muy rigurosos, formadores de la conciencia intelectual de Kardec.

Allan Kardec nació en un hogar donde la elevada cultura estaba ya profundamente asentada. Hizo sus primeros estudios en Lyon y los completó en Yverdum (Suiza), en el Instituto del celebre profesor Pestalozzi, conocido por ser uno de los más respetados centros de enseñanza de toda Europa, y por donde pasaron famosos intelectuales de aquella época. Nuestro hombre se reveló aquí como un discípulo brillante en Ciencias y Letras.
Se entrego a fondo a la lingüística y hablaba correctamente el alemán, el inglés, el español y el holandés. Vuelto a París funda allí un Instituto de Enseñanza semejante al de Yverdum. Y como educador publica numerosos libros, gracias a los cuales, a pesar de verse arruinado por problemas familiares, consigue sobrevivir económicamente. Daba también clases de química, física, astronomía y anatomía comparada.

Rivail cursó sus primeros estudios en Lyon y los completó en Yverdon (Suiza), como discípulo y colaborador del pedagogo suizo Pestalozzi. No realizó estudios universitarios. Alegaba conocer los idiomas alemán, inglés, italiano español y holandés.1 En 1831 pasó a formar parte de la Real Academia de Arras. En 1824 Rivail ya se había trasladado a París, donde se dedicó a la enseñanza, primero en la institución fundada por él mismo sobre el modelo del Centro de Pestalozzi, y más tarde de forma privada, cuando problemas económicos le obligaron a la liquidación de su instituto y a desenvolverse como tenedor de libros y como contable de tres casas de comercio, además de ocuparse en la traducción de obras inglesas y alemanas.2 En 1832 contrajo matrimonio con la institutriz Amelia Boudet, nueve años mayor que él, y fue en este periodo de su vida cuando elaboró y publicó los siguientes libros:

1828: Plan propuesto para el mejoramiento de la instrucción pública.
1829: Curso práctico y teórico de Aritmética, según el Método de Pestalozzi, con modificaciones.
1831: Gramática francesa clásica.
1846: Manual de los exámenes para los diplomas de capacidad.
1848: Catecismo gramatical de la lengua francesa.

Prosiguiendo su carrera pedagógica hubiera podido desarrollar su vida, pero en 1854, con 50 años, oye hablar por primera vez del fenómeno de las mesas giratorias (estaba de moda). Fue su viejo amigo Fortier (magnetizador) el que le dijo..."He aquí una cosa extraordinaria, no solamente se hace girar la mesa, magnetizándola, sino que se le hace hablar: se interroga y ella contesta." Nuestro codificador contestó... "Yo creeré en ello cuando lo vea y se me haya probado que una mesa tiene cerebro para pensar, nervios para sentir, y que puede convertirse en sonámbula. Hasta entonces permitidme que no vea en ello mas que un cuento de niños ."

Al principio de 1855, encontró a Carlotti (otro viejo amigo) que vuelve a relatarle fenómenos, y a sugerir el hecho de que pudieran estar provocados por espíritus, esto despierta su irresistible curiosidad de estudioso e investigador. En Mayo de 1855, acompañado de Fortier, visita la casa de una conocida sensitiva , Madame Roger.

Allí mantiene una conversación con diversas personas que le redundaron en la idea antes sugerida por Carlotti. Esta reunión le causa honda huella y en allí mismo es ya convidado a asistir a una sesión de experiencias. Cuando sale dice..."fue allí, donde por primera vez puedo dar testimonio del fenómeno de las mesas giratorias, que saltaban y corrían, en condiciones tales que la duda no era posible. Allí vi también algunos ensayos imperfectos de escritura mediúmnica".

Todavía escéptico, pero impresionado, traba amistad con la familia Baudin , a cuyas reuniones es invitado. Nos cuenta..."Fue allí donde hice mis primeros estudios sobre Espiritismo, mas fundamentados sobre las observaciones que sobre las revelaciones. Apliqué a esta nueva ciencia, como lo había hecho siempre, el método experimental. Jamás senté una teoría preconcebida. Observaba con atención, comparaba, deducía y sacaba conclusiones; de los efectos me remontaba a las causas mediante la deducción y el encadenamiento lógico de los hechos y admitiendo la viabilidad de una explicación solamente cuando podía resolver ella todas las dificultades inherentes al tema... Este es el procedimiento que utilicé toda mi vida, a partir de los veinticinco o veintiséis años. De entrada comprendí la gravedad de la investigación que emprendía y entreví en estos fenómenos la clave del oscuro y controvertido problema del pasado y del porvenir de la humanidad, la solución y la respuesta a todas mis búsquedas. Se trataba de una revolución completa en las ideas y en las creencias; por tanto debía actuar con circunspección y no a la ligera; ser positivista y dejar los ideales de lado para evitar afirmaciones ilusorias."

En 1855 recibe de Carlotti y de un grupo de estudiosos 50 cuadernos conteniendo relatos de experiencias y comunicaciones diversas, pidiéndole que analice y ordene el contenido. Una noche, en una de las sesiones en casa de Baudin, nuestro hombre (todavía Rivail) recibe una comunicación de su espíritu protector. Éste, nombrado Espíritu de la Verdad, le revela una anterior encarnación con los druidas en la Galia y cuyo nombre, en aquellos tiempos, fue Allan Kardec.

También le comunica su ayuda en la importante tarea para la que ha sido destinado. A partir de este momento Allan Kardec se lanza al trabajo, recibiendo instrucciones a través de diferentes médiums ( Japhet, Croset, Dufaux, Aline, hermanas Baudin, etc ) diversificando de este modo los intermediarios de su comunicación con los espíritus, para mejor contrastar la verdad.





Un segundo periodo biográfico comenzó para Rivail cuando, en 1854, oyó hablar por primera vez del fenómeno de las "mesas parlantes", al que solo empezó a conceder crédito tras haber sido testigo, en mayo de 1855, de inexplicables fenómenos relacionados con mesas ambulatorias y giratorias o "danzantes", así como con la llamada "escritura automática". Persuadido de la existencia de una región espiritual habitada por almas inmortales desencarnadas con las que era posible comunicarse, Rivail se decidió a examinar una voluminosa colección de escritos psicográficos que le proporcionaron amigos espiritistas interesados en su juicio y empezó a asistir con regularidad a sesiones, preparado siempre con una serie de preguntas que le eran respondidas de “manera precisa, profunda y lógica", a través de los sujetos a los que el Espiritismo denomina "médiums", porque actúan como intermediarios en las comunicaciones con las supuestas almas desencarnadas. Toda esta materia, debidamente “repasada y corregida” por la entidad espiritual que se identificó ante Rivail como "la Verdad”, sirvió de base al cuerpo de doctrina de El libro de los espíritus, su obra aparecida el 18 de abril de 1857, cuya primera edición se agotó en pocos días, llegándose a la décimo sexta3 en vida del autor. En los Prolegómenos de esta obra se lee: "Los Espíritus anuncian que los tiempos designados por la Providencia para una manifestación universal han llegado ya, y que siendo ministros de Dios y agentes de su voluntad, su misión es la de instruir e ilustrar a los hombres, abriendo una nueva era a la regeneración de la humanidad. Este libro es la recopilación de su enseñanza."

El éxito de El Libro de los Espíritus propició la fundación de la Revue Spirite y la constitución formal, en 1858, de la Sociedad de Estudios Espiritistas de París, que Rivail presidiría hasta su muerte.

Su “espíritu protector” le había informado de que en una existencia previa, en el tiempo de los druidas, ambos se habían conocido en la Galia y él se llamaba "Allan Kardec". El Libro de los Espíritus fue el primer trabajo en que el autor sustituyó por este su nombre real, y el acta de nacimiento del Espiritismo latino, que, a diferencia del anglosajón, defiende el supuesto reencarnacionista, particularmente como explicación del origen de las desigualdades entre los hombres, con frecuencia aparentemente injustas. Los espíritus -escribe Hereward Carrington- "que se comunican a través de los médiums franceses aseguran que la reencarnación es un hecho, en tanto que los que hablan por boca de los médiums ingleses y americanos declaran que no es cierto. ¿Cómo podemos conjugar esas discrepancias? (...) son un verdadero obstáculo para muchos espiritistas (...). Los espíritus afirman que después de la muerte no son omniscientes. Por el contrario, llegan a la otra vida con todos sus prejuicios, creencias y opiniones (...) se limita(n) a expresar su propia creencia, que puede o no ser verdad".

Desde el principio, Allan Kardec afirmó “que los Espíritus, siendo simplemente las almas de los hombres, no tienen ni conocimiento supremo ni sabiduría suprema; que su inteligencia depende del progreso que hayan hecho y que su opinión no es más que una opinión personal”, por lo que "no se debe dar ciegamente crédito a todo lo que dicen los Espíritus".5 A lo largo de sus escritos habla de espíritus superiores e inferiores: "encuéntranse en el mundo de los Espíritus, como en la tierra, todos los géneros de perversidad y todos los grados de superioridad intelectual y moral":6 espíritus buenos y malos, espíritus menores, espíritus malvados y rebeldes, espíritus errantes, espíritus vulgares y espíritus mentirosos "que usurpan a menudo nombres conocidos y venerados" y "dicen haber sido Sócrates, Julio César, Carlomagno, Fenelon, Napoleón, Washington, etc." La "comprobación que de su identidad puede tenerse (...) es, efectivamente, difícil; pero si no puede conseguirse tan auténtica como la que resulta de un acta del estado civil, puédese obtenerla presuntiva, por lo menos, con arreglo a ciertos indicios".

En Qué es el Espiritismo, Rivail también admite que algunos espíritus son “mentirosos, fraudulentos, hipócritas, malvados y vengativos” y capaces de utilizar lenguaje grosero. Autores espiritistas posteriores han repetido advertencias en el mismo sentido, que apoyan la afirmación de Allan Kardec: "la sustitución de los Espíritus (...) es una de las dificultades del Espiritismo práctico; pero nunca hemos dicho que la ciencia espiritista fuese fácil, ni que se la pueda alcanzar bromeando, siendo en este punto igual a otra ciencia cualquiera".

Nuevas obras serían sustanciales en la labor de sistematización de las ideas espíritas o espiritistas, ideas que, siendo la clave de su interpretación de las religiones, de orientación unificadora, Allan Kardec no consideraba de índole propiamente religiosa, sino científica, por no estar fundadas en fe ni revelación sobrenatural algunas, sino en la reflexión sobre el hecho de experiencia de las comunicaciones de los propios seres fallecidos: "El Espiritismo es a la vez una ciencia de observación y una doctrina filosófica. Como ciencia práctica, consiste en relaciones que pueden establecerse con los Espíritus; como doctrina filosófica, comprende todas las consecuencias morales que se desprenden de semejantes relaciones. Podríamos definirlo así: El Espiritismo es la ciencia que trata de la naturaleza, origen y destino de los espíritus y de sus relaciones con el mundo corporal."9 Las principales entre las obras aludidas fueron: El Libro de los Médiums (1860), Qué es el Espiritismo (1862), El Evangelio según el Espiritismo (1864), El Cielo y el Infierno o la Justicia divina según el Espiritismo (1865), La génesis, los milagros y las profecías según el Espiritismo (1867). Han aparecido, asimismo, ediciones póstumas.

Es interesante que las exposiciones de Allan Kardec viesen la luz en años próximos a los de la aparición de obras como Manifiesto del Partido Comunista de K. Marx y F. Engels o El origen de las especies, de Ch. Darwin, mientras se asistía al momento de esplendor del Positivismo y el materialismo filosóficos y científicos. En relación con el primero, Allan Kardec presentó su "nueva doctrina filosófica" como respondiendo "a las aspiraciones del hombre respecto del porvenir; pero como apoya la teoría de éste en bases positivas y racionales, se amolda al espíritu positivista del siglo", haciendo "sus prosélitos precisamente en la clase ilustrada, y esto en todos los países del mundo".10 En cuanto al segundo, la coincidencia del Espiritismo con la Iglesia Católica en su oposición al materialismo, así como en la moral centrada en la caridad, le hacían incomprensible la por otra parte coherente condena doctrinal de Roma, formalizada en la inclusión, en 1864, de las obras de Kardec en el entonces vigente Índice de libros prohibidos. El rechazo eclesiástico ya había dado lugar, por ejemplo, a la quema de 300 libros espiritistas llevada a cabo en 1861 en Barcelona, tras haber sido confiscados por el obispo de esta diócesis a través del Santo Oficio.11 "El Espiritismo", escribe Rivail, "es la prueba patente de la existencia del alma, de su individualidad después de la muerte, de su inmortalidad y de su suerte verdadera; es, pues, la destrucción del materialismo, no con razonamiento, sino con hechos."

El 18 de Abril de 1857 publica un libro que marcará el inicio del espiritismo " El Libro de los Espíritus". Este libro ya aparece firmado con el nombre Allan Kardec, apartando así la época de escritor y pedagogo prestigioso que firmaba con el de su nacimiento. En los pocos años que le quedaban ya por vivir (en esta reencarnación) escribió todos los libros que completan la codificación espirita y completo el primero.

En 1858 editó la Revue Spirite (Revista Espírita). En 1861 publica El Libro de los Médiums. Su texto comprueba el carácter científico de la Doctrina Espírita, y provoca un gran revuelo y el catolicismo se levanta contra Allan Kardec. Ese mismo año 300 libros espíritas son quemados en Barcelona por la inquisición española. Tiempo después, al respecto de este hecho, Kardec recibió, a través de un médium, el siguiente mensaje del obispo de Barcelona, autor del acto de fe que decretó la incineración de los libros, y que ya había desencarnado: "Esta escrito. Tu quemaste las ideas y las ideas te quemaron. Rogad por mí; rogad, porque es agradable a Dios la oración del perseguido para con su perseguidor. Habla el que fue obispo y ahora no es mas que penitente".

En 1864 publica El Evangelio según el Espiritismo. En 1865 publica El Cielo y el Infierno. En 1868 publica La Génesis. Allan Kardec desencarnó en 1869, contaba casi 65 años. La obra de Allan Kardec es de obligatorio conocimiento para descifrar el Espiritismo. Muchos libros espíritas se han publicado después, pero en los del codificador se resume el carácter original de esta transmisión espiritual, y la orientación para acercarnos nosotros a los mensajes. Además estos libros, por su extenso tratamiento del tema, contienen innumerables descubrimientos, muchos de ellos verificados después por la ciencia.

Debemos recordar que en el mismo año de la desencarnación de Kardec, la Sociedad Dialéctica de Londres nombró un comité para estudiar los fenómenos del Espiritismo, cuyo conocimiento se propagaba por toda Europa. Tras meses de investigaciones, sus 22 miembros concluyeron que los fenómenos eran auténticos. A ésta han seguido muchas otras investigaciones sobre los fenómenos y las tesis espíritas que igualmente han concluido aceptando la propuesta del Espiritismo.

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